Lograr una estética dental impecable es, sin duda, una de las prioridades que enfrentamos en la actualidad. Para alcanzar este objetivo, existen diversos tratamientos que pueden realzar la estética de nuestra sonrisa. Alcanzar la armonía dental y una sonrisa atractiva es el propósito principal de la odontología estética.
Para el paciente, mejorar la estética dental implica elevar su imagen personal, lo que a su vez aumenta la autoestima y la confianza en sí mismo al someterse a un tratamiento de este tipo. En la sociedad actual, tener dientes blancos y perfectos puede impactar tanto en situaciones personales como profesionales. Por esta razón, estos tratamientos son tan significativos, y es crucial contar con un profesional experto en odontología estética.
Problemas que afectan la sonrisa Problemas dentales:
Asimetría dental. Diastema y separación entre los dientes. Dientes dañados y fracturados.
Problemas que afectan las encías:
Caries cerca de las encías. Enfermedades periodontales. Problemas óseos maxilofaciales. Asimetría en la mandíbula o maxilar.
Tratamientos para mejorar la sonrisa – Tratamientos dentales:
Limpieza profesional profunda o profilaxis dental. Microabrasión del esmalte, que implica eliminar las capas superficiales del esmalte y restaurar su color con composite. Contorneado estético, una técnica no invasiva para corregir pequeñas deformidades o diferencias de tamaño entre los dientes. Blanqueamiento dental, que aclara el color de los dientes y elimina manchas o decoloraciones causadas por diversas razones. Tratamientos restauradores, como carillas, que restauran la sonrisa y son opciones innovadoras en estética dental. Ortodoncia, que corrige problemas de alineación dental, maloclusiones y malposiciones, entre otros. Tratamientos periodontales, que tratan enfermedades de las encías que afectan la salud bucodental y pueden causar la pérdida de uno o varios dientes.
Tratamientos para corregir problemas óseos maxilofaciales:
Ortodoncia y cirugía ortognática, que corrigen la asimetría en el maxilar o la mandíbula. La asimetría también puede afectar al mentón, al maxilar superior u otros huesos faciales.